Ingreso a la habitación. El esclavo está colgado como un cerdo para el matadero. La bestia tiene hambre y está en dolor. He estado manteniéndolo en alto durante mucho tiempo, y ahora es el momento de su comida. Lo bajo, escupo en su boca y le digo que ahora quiero alimentarlo con mi mierda. Levanto mi falda y le muestro mi trasero envuelto en medias. Las deslizo y me agacho sobre él. Este cerdo tiene el privilegio de contacto cercano con mi ano, pero ni siquiera tiene tiempo para admirarlo cuando inmediatamente cago. Sale un hermoso, largo, algo suave trozo de mierda. Ahora debe probarlo todo y comérselo. Y si tiene dificultades, usaré mi orina para enviarlo hacia abajo para él. Lleno un vaso con orina amarilla caliente. El color indica un sabor intenso. Regreso del baño y veo que algunas heces han caído al suelo. Lo regaño por no poder retener mi mierda! Ahora lo alimentaré y lo obligaré a comérsela! Empujo completamente su boca, la lleno de mierda hasta que la traga, lo obligo a chupar los trozos y mis dedos sucios. La mierda es mucha. Vuelco el vaso en su boca y en su cara. Me apetece aplastar a este imbécil. La única cosa que aprecio de él es su excitación. Le permito masturbarse, pero de una manera muy humillante. Tomo algo de mierda y la froto en su pene. Ahora puede masturbarse. Mientras se masturba, continúo obligándolo a comer mi mierda y beber mi orina. El cerdo eyacula. Cojo el control remoto de la wincha y levanto sus piernas. Tendrá que hacerlo hasta que regrese.