Después de intentar infructuosamente reanimar este pequeño pene, le informo al paciente que la única solución es operarlo. Vestida de cirujana, con meticulosa precisión, inicio a insertar agujas, partiendo de los huevos hasta la base del pene. Paso este aparato que mostraba signos de vida, esperando que la intervención pueda estimularlo y traerlo de regreso a la vida. La cirugía tiene éxito, y las agujas están dispuestas de manera perfecta y artística. El paciente tendrá que mantenerlas durante tres días, después de lo cual volveremos a reunirnos para retirarlas y evaluar su condición.