Nuestro esclavo y yo estamos un poco aburridos y deseamos que las cosas avancen. Estamos vestidos de manera sexy-deportiva, con pantyhose, y un gran deseo de luchar. El hombre entre nosotros, ya ridículo en apariencia, nos provoca alentando que hay que haber al menos dos de nosotras enfrentándonos para ponerlo en dificultades, y que contra uno sería demasiado fácil. Subestima a nosotras, y nos da la oportunidad de atacar. Mi esclavo le patala el estómago y yo le doy una otra a la parte de atrás de la cabeza. Pronto se da cuenta de quién está enfrentándose. Inmobilizados en nuestras tijeras, pies en su cara y boca, golpeados por nuestros patadas, humillados, aplastados por nuestros traseros y pies… Su derrota será total, y nuestra victoria ejemplar!