Tres almohadillas para tres Señoras, desnudas de pecho bajo los paralelos que servirán de apoyo para caminar sobre ellas. Hay algo para todos los gustos, botas rojas, botas negras, decolletes pero todas con altas y afiladas tacones que hundirán su carne. Sus lastimeros gritos acompañan nuestros pasos mientras caminamos sobre ellas y hundimos nuestros tacones incluso arrodillándonos de vez en cuando. Pasamos de una a otra y luego elegimos una suerteña sobre la que subimos al mismo tiempo y luego pasamos a la siguiente; algunas golpeando y patadas incluso en las bolas y tetas hasta que volvemos a poner nuestros pies en el suelo entre sus gracias.