Hoy tengo que salir a la fiesta con mis amigos, pero estoy indecisa sobre qué llevarme a vestir, me gustan tanto las blancas como las negras y son cómodas. Pregunto a mi matapollos por su opinión, pero su respuesta es incorrecta… Ninguna dice él, porque teme a ellas y debería, ya que ahora castigaré a este. Me pongo encima de él primero con mis botas blancas, hiriendo con los talones afilados en su abdomen, camino y salto hasta que aparecen las marcas en su piel. Ayuda a quitarme y también probo las negras, claro, sobre él. Grita, arrebata y grita que prefiere las botas blancas para detenerme.