He encontré a este esclavo encerrado en una caja especial, una caja con una pequeña abertura en la tapa solo para dejar salir su cabeza, pues es con su cabeza que quiero jugar hoy. Este esclavo me desagradaba mucho y naturalmente me venía a la mente arrojar mi saliva en su cara. Quiero llenarlo de saliva y me sirvo de una dulce para aumentar la salivación y la densidad de mis bocanadas: una espuma blanca y gruesa llena sus ojos, cara y boca mientras observo satisfecha y le insulto.