Mi amiga Gabriela y yo disposemos de tres insignificantes almohadillas hoy. Somos muy elegantes en nuestas tijeras de nylon, por lo que ¿qué hacer si no una agradable desfilada sobre este tapiz humano? Comenzamos el desfile agarrándonos a las barras, Gabriela camina sobre sus cabezas mientras yo camino sobre sus abdomenes flacos entre las barras. Nuestros paseos seguirán incluyendo saltos y estampidos entre nuestras sonrisas sadistas y sus sordidos gemidos, hasta que los callen con nuestros pies tapizados sobre sus bocas para la posición final.