Este esclavo tiene un punto débil por las medias y los tacones. ¿Cuántas veces he aplastado allí! Pero hoy no, no le daré esa satisfacción. Hoy solo anfibios. Y no una pareja, sino dos. Atrapado con su cara en la caja de la cara, mi muy rubia amiga y yo disfrutaremos aplastándolo y aplastándolo justo como una persona piso. Si es necesario, algunas lenguas de solas, pero de lo contrario será solo un soporte en el que colocar y hundir nuestros anfibios.