Mi esclavo me espera tendido en el suelo mientras camino hacia él en tacones de pellegrina leopardo. Unas besos en las solas y luego deja que tome los zapatos mios y descubre mis pies perfectos envueltos en medias. Primero los piso duramente sobre su cara, luego los doy un buen masaje, subo sobre su cara primero con un pie y luego con ambos, su cara está completamente en mi poder. Después de jugar un rato, decidio que ya no quiero ver su rostro y lo hago desaparecer bajo mis pies blancas mientras estoy de pie.