Estoy durmiendo tranquilamente cuando me molesta mi esclavo besando mis pies. No creo, él adoraba mis pies sin permiso, un premio que pertenece a pocas y en realidad no a él. Ordeno que se postrara a mis pies y uselo como apoyo mientras pienso qué castigo darle, hasta que decido por una asfixia intenso de los pies… despues de todo, esto también es una adoración de mis pies! Y no estoy contenta al empujar un pie en su boca con el otro, sino que lo doy un patetazo en los huevos. Gemido, le dice que arrepiente de su acción.