Este esclavo está completamente atado, está envuelto en una bolsa negra de la cual solo su cabeza sale y está cadena a la base de mi trono con un collar. Sólo la boca puede y debe usar para adorar mis pies. Comienzo haciéndoles poner mis tacones en su boca, sujaososlos ansiososmente y ardientemente, y ardientemente. Despojo mis zapatos y hago que quieran mis pies moviendo mis solas a un pulgada de su cara. Veo que desean y así extiende su lengua y besa, suja, lame todo el sole que rubo en su cara como un alfombra. Después de un tiempo, mi pie está completamente en su boca, lo empujo por garganta, solo puede respirar y la salivación aumenta: la saliva era justo lo que necesitaba para lavar y suavizar mis pies y limpiar las huellas de las medias de red de mallorca que llevé todo el día.