Madame Michelle llega y inmediatamente el esclavo tembla a sus pies. Ahora está permitido ingerir la orina, la cual había estado en el baño durante un tiempo. En realidad, el esclavo del baño puede ingerir la orina hasta el último gotito. Después de ello, tiene que ocuparse de los zapatos de Madame Michelle y lamerlos y besarlos limpios. En este momento, está verbalmente humillado y Madame Michelle hace claro que debe ganar dinero, sin importarlo.