Visito a mi esclavo en el hospital. Por supuesto, mi esclavo ya está ansioso al verme y sus testículos están llenos de semen. Tan sin sentido, tiene que seguirme al baño en este estado…! Quito mis arenas y no le permito masturbarse su pene porque debe sufrir un poco más…! Con mis pies aplasto alguna fruta deliciosa, fresas y plátanos. Como recompensa y tratamiento especial para su rápido recobro, le es permitido lamer de mis pies la fruta aplastada… ¡Qué tan nutritiva!