Juegos sucios, juegos sucios. Adoro jugar con mis esclavos del baño y esclavas. Ellos nunca saben qué quiero ahora y en este momento. Adoro orinar, cagar en bocas de esclavos, cebarme con heces, vomitar en ellos y hacer que vomiten. Me encanta su mirada dedicada y asustada en esos momentos, es tan divertido, tan emocionante
1. Orinar, cagar sobre el esclavo del baño, cagar por todos lados
Disfrutamos jugando con mi esclava y divertirnos. Orinamos y cagamos en el centro de la habitación, competimos quién más y lejos orinamos, orino sobre mi esclavo del baño para que esté húmedo de cabeza a pie, y mi esclava no solo orina, sino que también caga. Cada vez que orina, pero al menos un poco, pero toma una cagada. Es tan divertido, tan emocionante
2. Beber orina, comer heces, vomitar más tarde baño
Fue un día especial para todos. En este día, mi esclavo-cagador-comedor de heces fue el baño público, alimentamos a él con heces con mis amigas. Comió tres porciones de nuestra heces fresca y mis heces recogidas durante cinco días. Estoy muy orgullosa de él, pero esto no significa que sus pruebas estén terminadas para hoy y dejaré que se relaje. La esclava queria cagar de nuevo. Y decidí que en este día toda la heces de la casa iría solo a la boca del comedor de heces. Estuvo en el suelo debajo del trasero de mi esclava y ella tomó una cagada y orinó en su boca. También decidí vaciar mi vejiga en su boca de baño y una fuerte corriente de orina me hizo impactar directamente en la heces en su boca. Swallowió mezcla de heces y orina, estranguló, pero bebió, fue divertido. Bebió todo. Llenó y empezó a vomitar. Vomitar es bueno, porque limpia, elimina exceso. Ayudaré, introduciré el sello de mamut por la garganta. Vomitó, bien hecho. Fue divertido. Vamos a repetir esta fiesta otra vez. Pero esta vez invitaré a 5 mujeres y dejaré que coma nuestra heces