Sus empleados se han cansado de su baja actitud y de su constantes reproches, así que decidieron hacer algo para castigarla y poner fin a sus penas. Hay suficientes para sobrepowerla y atarla en el almacén. Las amarran los puños y los pies, de manera que queda extendida ante ellos. Colocan una pelota de silencio en su boca para que no hable. Cortan su camisa y sus calzas. La introdujeron dos vibradores eléctricos en ella, uno en el vagín y otro en el recto. La llenaron de placer hasta que se deshizo por sí misma!