Esta adolescente malcriada siempre obtiene lo que desea y al oír a sus amigas deseando probarse a sí mismas cagando sobre una esclava, no duda en pedir a sus padres que le dé una. Como siempre, ellas no pueden negársela, así que llamaron a la agencia para enviarle uno de los mejores. La desbocada se enorgullece mostrando a sus amigas su nuevo juguete. Ellas no desaprovecharon el tiempo probando a la esclava; subieron sus faldas y tomaron turnos sentándose sobre el inodoro portátil sobre su cara. Echaban todo el cago que producían para que el esclavo pudiera comerlo justo a tiempo que estaba siendo pagado para hacerlo.