Ella está retenida contra su voluntad por este hombre que está obsesionado con ella. Ella logra desatarse de las cuerdas que la rodeaban, pero él está de guardia dentro de la habitación y no hay medios de escapar a menos que se trate. Ella le pide lo que quiere a cambio de su libertad. Él dice que debe mostrarle su trasero, dejarle tocarlo y luego fartarlo lo más alto y suelo que pueda. Ella se obliga alzando la falda y poniéndose a cuatro patas. Le da una vista completa de su trasero completo. Deja que toque sus mejillas y juegue con su ano. Después de algunos minutos, logra producir un fuerte y oloroso farto que le hará orgulloso.