Mistress Alektra y yo dominamos a nuestro siervo de diversas maneras. Despues de liberarnos a nuestro esclavo de la cárcel, éste recibe atados. Ahora nuestro duro y cruel juego puede comenzar! Nuestras duras palmas golpean repetidamente el rostro de él, y llora y grita de dolor. Pero solo hemos comenzado…