El abrió de nuevo la boca cuando la Anunciosa anus se abrió plenamente, mostrando el codo duro oculto dentro. El codo tostado silbó ligeramente al deslizarse, quizás por su grosor y dureza. La lengua de Gaku se recoilió del sabor, era amargo, salado y dulce al mismo tiempo. Era un sabor de paraíso. Daiju se sentía un poco desplazado al principio, siendo el que limpiaba el hermoso ano de la Anunciosa hoy, pero gozó de tener que limpiarlo después de que ella hubiese evacuado sus intestinos en la cara de Gaku.