Despues de pasar doble turno en el restaurante, la espergola está agotada y necesita descansar. Así que se apodera de la verguenza del cocinero y hace que orine en un vaso. En lugar de beberlo ella misma, le hace degustar su propia orina y si le gusta, ella beberá lo mismo. Él vacía el vaso y le dice que su orina tiene el sabor de la ambrosía y que puede volver a llenar el vaso si quiere que tenga un sabor!