Nuestro esclavo será despreciado a partir de este momento como esclavo de botas. Nos gustará que lame las solas de nuestras botas hasta que estén limpias. No se nos muestra piedad al hacerlo pasar repetidamente nuestras solas por su lengua. Lady Jaye también introduce su tacón alto hasta su boca de esclavo. ¡Bajese allí y gracias por permitirnos servirle!