Su esclavo ha estado comportándose mejor recientemente; se postra quieto y perfectamente cuando ella se sienta o orina sobre su cara. Ahora es hora de su almuerzo y ella cree que merece un pequeño descanso de ser defecado en el rostro. Así que le deja salir del pequeño calabozo y le sirve su comida – la habitual faeces, pero servida en un platillo! De esta forma, puede comer faeces a su propio ritmo y no se inunde con grandes cantidades de heces y orina que se derraman sobre su cara!