Con cada sesión de entrenamiento veo una mejora cada vez mayor en este esclavo del inodoro. Menor consumo en menos tiempo con poca queja es siempre el objetivo. Próximamente trabajaremos en atrapar más solo con su boca (sin manos, solo alimentación) lo que, a su vez, conduce a comer más rápido con menos estimulos de mi parte. A este punto aún tengo que alimentarlo a mano al final, pero parece que se vuelve menos rebozón y más hambriento en cada sesión. Tal vez la castidad y el hambre hicieron el truco. Los esclavos del inodoro están mejor comportados cuando están hambrientos Y sexualmente excitados.