Enseñar a amar la hecesita a las esclavas: Disfruten de la hecesita

Enseñar a amar la hecesita a mis esclavas femeninas implica combinar la habituación a la hecesita con el placer. Ellas se acostumbran a estar en la hecesita, a saborearla, se masturban y se follan a sí mismas en la hecesita. Sus sentimientos se mezclan, se fusionan, las cubren. Ellas ya perciben la hecesita como parte de la ritual de obtener el placer. Shito en su boca, y una explosión de sabores, olores… y en un minuto está cumdiendo. Una sonrisa feliz se extiende por su rostro, y sé que ahora es una pervertida, mía por siempre.

Shito en la cabeza de la esclava, aún no está acostumbrada a la hecesita, todas las sensaciones aún son nuevas para ella. Y aquí ella está, sumergida en la hecesita, gemiendo, disfrutando, la foco y la hago, y ella cumple, se da cuenta de que así debe ser, que ahora siempre será así.

1. Sentada en el inodoro, comer mi hecesita y masturbarme
Hice comprar un inodoro para mi pequeña esclava, ella caca y caca en el centro de la habitación. Ella se sienta felizmente en el inodoro por la mañana y ¿qué piensas que ha caído de nuevo en el suelo? La hecesita saltó de su anus y deslizó por el borde, estaba en el suelo. Después de defecar, se levantó y miró la hecesita en el suelo a través de sus ojos, leyendo una pregunta tonta
¿Quién la hizo?
Después de una desayunos satisfechos, también quise defecarme. Me puse en el suelo, mi comida de hecesita, tu desayuno sucio está llegando. Pequeña esclava de inodoro, rápidamente se puso en el suelo, y tomé una gran, gruesa hecesita, que ella agarró y comenzó a comer, chupando. Te gusta comer hecesita, te gusta mi hecesita, realmente es buena. Con una sonrisa satisfecha, ella nodea la cabeza, come la hecesita y la esparce por su cuerpo. Ella ama mi hecesita, su sabor, olor, disfruta comerla, esparcir y masturbarse. Mi hecesita la enciende

2. Hecesita en la cabeza de Kat, haciéndola una esclava inodora
Continuemos entrenando a mi nueva esclava inodora Kat. Ella ya ha saboreado mi hecesita. Ahora vamos a enseñarle a acostumbrarse a la hecesita y estar en la hecesita. Quiero que perciba la suciedad y la hecesita como divertida, así que la hecesité en la cabeza, la esparcí por todo su cuerpo y la hice, hiciéndola gozar, así ella disfrutó, así cumplió y gemió con placer. Haré de ella una puta sucia que pidiera la hecesita con pasión y deseo

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