Ruki se encuentra hipnotizado por la terrible máquina que se encuentra encima de él. Contaba con varios tubos claros que se dirigían en tres direcciones, y un globo transparente donde podía ver la fluidísima, amarilla sustancia que acumulaba cuando las damas deseaban castigarlo. Hoy en día, tres damas invitadas de la Señora llegaron y se reíeron de cómo patético se veía, atrapado bajo el bong de orina. Una de ellas tomó inmediatamente un tubo para su vagina y ordenó que Ruki mantuviera los ojos abiertos para que pudiera ver cómo fluía su maloliente orina a través del tubo. Ella tenía un olor a no dudar que no se había bañado por días. Sus calzas eran fangosas y usadas, claro, y eso definió ciertamente dimensiones extrañas a la orina concentrada. El amarillo profundo de la orina corrió a través del tubo claro, antes de asentarse en el fondo del globo. La lengua de Ruki recoiló del saboreado amargo y ácido inicialmente, pero cerró los ojos y recordó que era un inodoro humano. Su boca se agitó un poco al dejar entrar el olor de la orina en su nariz, y por la garganta. La Señora debe tomar muchas medicinas recientemente.