Como conductor dedicado, mi amo paga mucho dinero por mi, pero no solo por mi excelentes habilidades de conducir. Le gusta a mi por que doy a sus fetichistas suciosos y perversos. En este momento, estoy atado a una barra, usando una máscara de boca en mi cara. Ella agarra mi pene y lo tira con fuerza, haciéndome duro como una piedra. Deshace mis ataduras y me hace mentir en el suelo. Sube su falda y me sienta encima de la cara. Deja salir un chorro caluroso de orina, que bebo de su boca.