Eisuke podía aguantarlo más: el punteado de la hecesa que sobresalía de su anus mientras caminaba. La visión del baño la reíchazó, pues sacó sus pantaletes y relajó sus mejillas de anus para el primer momento en horas. Era un día frío, y la piel de su anus reaccionó al aire frío al soltar un pequeño flatulence. Labios juntos, deja que su estómago ronriente hiciera su magia mientras el mayor codo de la semana comenzaba su descenso completo. Su vientre inferior se sentía tan lleno todo el día que asombró a ella que podía empujar fuera una turba tan grande. La cabeza grande de la hecesa era redonda y dura, y casi rompió su anus al intentar salir. La hecesa era una mezcla de varios días de comida, y tenía un olor a intestinos a través y por dentro. La hecesa se desprendió por completo con un ruido de pop antes de golpear el lateral del baño con un sonido repugnante y suave.