El estómago húmedo de Honoka se agitaba a medida que corrió hacia el baño humano. Bajó su vestido de puntas polka, apuntó hacia la boca del baño humano y liberó un torrente masivo de orina salada y dorada. El olor a su vagina y orificio urinario impregnó la boca y garganta del baño humano, y él la rogó por más.