Hasta ahora solo eramos dos compañeros de trabajo, pero sé que siempre has tenido una naturaleza sumisa y te aprovecharé de ello. Ya no seré solo tu compañero de trabajo, sino desde ahora en adelante, y sin protestas, tu amo! Sé donde está tu lugar, es decir, debajo de mis pies, y tú lo sabes también! Así pues, ¡adelante! Comienza a servir a tu amo y lamer mis soles!