Ellas sabían que Daizo haría todo para ellas. Eran sus amas, y a pesar de que podría ser expulsado al ser descubierto cubierto de fétido escorbuto, sonríe con una sonrisa suave y sin atención a las palabras sabias. Daizo estaba perfectamente quieto mientras la escorbuta que oloraba a verduras podridas, se esmaltaba sobre su piel. Pudo sentir un milagro de movimientos pequeños en su piel mientras la escorbuta fetida se esparcía sobre él como un toner. Aya reíó mientras su mano sucio se esparcía gruesamente en su brazo. Haruya se despertaba sexualmente por todo el escorbuto y se fingía secretamente con un dedo sucio. Soshi no pudo suficiente de la humillación de Daizo y usó ambas manos para continuar vaciando la olla de escorbuto antiguo sobre el maestro. Daizo ahora estaba siendo ENSEÑADO.