Al principio, Miss Yara hace dos opciones muy claras:
1. Dejarlo atado y hacer lo que quiere, sin palabra de parada, sin misericordia.
2. Salir de la habitación.
Cosmo ha tomado una decisión, pero no está seguro de haberla hecho bien.
Sigue una tratamiento terrible. Se coloca el anillo. La dolor es una cosa dada. Luego comienza a llenarse el baño. Miss Yara lo hace ingerir todo. Cada protesta es hecha con amenazas a nada.
Cuando casi todo ha sido ingerido, la cruel amante anuncia que ahora debe entrar en el anillo con los puntas. Cosmo protesta que esto será imposible. Yara se confía y responde que lo verá entonces.
Impone su voluntad para infligirle el máximo de dolor a su víctima y le hace experimentar el pico de dolor y placer. Un orgasmo pulsante en el anillo con puntas.