Asesorado por un hechizo, Cosmo mira fijamente el culo que se encuentra a su frente. Casi inmóvil, tan absorbido está en la visión que se le presenta. Abraza sus labios en excitación al ver que se abre por primera vez. No puede resistir por mucho tiempo y comienza a explorar el orificio corporal con su lengua. Pronto se abre más y aparece una turba fecal.
La consistencia es suave y la heces se pueden esparcer fácilmente. El orificio anal ha quedado muy sucio por el proceso. Sin embargo, esto no detiene a Cosmo de atrapar otra carga fecal con su lengua.
Algún momento Yara comienza a penetrar su propio culo con un dedo. Cosmo no ignora esta invitación. Primero ruba su pene con heces y luego lo penetra en el sucio orificio de Yara.