Ahora voy a controlar la respiración de la esclava con mis pies. Primero lo probare con tacones – luego pasare a pies descalzos! Presiono mis pies sobre su cara duramente – y lo duraré lo que quiera! Cuando mis pies están solo por encima de su boca y nariz, él se submite y olerá y lamerá apreciativamente.