¡Sí, sí, déjame tus heces en mis manos, cagando para mí. Quiero su sucio pene en las heces, me encanta. ¡Qué olor a heces tan fuerte y me encanta tanto más! El olor a heces me excita aún más y no puedo resistir degollarlo, sucer y ingerirlo. Soy tan sucia y perversa.