Adoro el uso de hombres. Son tan útiles y me suman una vida de lujo. Llamo a mi pitahaya chica y uso su boca como mi estantería personal de cigarros y pie-reposo mientras disfruto de una cigarra. También recibe el honor de ser golpeado aleatoriamente por mi superiora dueña femenina. Me encanta cuando pasan por allí coches! hehe. ¡Qué perdedor!