Un nuevo jinete se presenta. Dejo que haga el trabajo de limpiar y deshacer las cajas de los caballos. Al terminar, me llama a ver. Pero qué veo en un rincón? Un montón de manada que no quitó. Inmediatamente lo sumero su rostro en la merda. Se disculpa por su conducta incorrecta, pero eso no me despertaba el deseo. Deja que limpie mis botas de cuero con su lengua, pero eso no es castigo suficiente. Recibe golpes húmedos en la cara, me saliva en su rostro y luego hay golpes con la látigo de salto por cada manzana de caballo que queda. Al final, recoge cuidadosamente los restos con sus manos. Nunca más esto le sucederá a él.