Buenos días mi inodoro. Quería dormir. Pero tú quieres más. Venga, mi inodoro, ven aquí. Voy a defecar y orinar en ti. Abra tu boca, agarra firmemente mi vagina y déjala pasar. Estás ebrio? Ahora preparate. Quiero defecar. Déjalo comer, déjalo pasar por tus venas. ¿Qué tal, relievarme a mí mismo por la mañana en la boca de un esclavo? Y no olvides lamerlo todo limpio. Es tu trabajo deshacerte de mi suciedad, ser mi papel de higiene y mi inodoro. Bien hecho, y ahora vete a tu lugar!