Cansina hasta la muerte y sin nada que hacer, esta casera decide trabajar a tiempo parcial como proveedora de heces. Está en llamas cuándo algún perverso quiera ver alguna hecación viva para el placer. Ellos van a su casa donde encuentran a ella desnuda y lista para dejar caer. Ella se postra en el suelo y empuja fuera heces mientras su cliente observa y espera por más.