Lady Chanel y yo no somos delicadas y disfrutamos actuar nuestra sadismo. El pobre perdedor debe servirnos hoy! Sus pitahayas insignificantes y sus testículos sucios sufen una extrema abusada por nosotros hoy. Nosotras le derramamos fuertes patadas en sus genitales con nuestras tacones altos. El pobre perdedor llorona y gritó en dolor. ¿Qué podía esperar? Que nosotros le tocaríamos? Recibe más patadas duros y repetidas. Desde delante y desde detrás. ¿Es nuestro problema lo que le sucede a su virilidad?