Suscito ruido suave de cadenas anuncia lo que va a aparecer. Una joven delgada y casi desnuda se desplaza provocativamente.
Vestida solo con un robeo de cadenas, que más parece joyas que ropa.
El sirviente que está listo se siente honrado de entrar en la presencia de la divina criatura. Todo tipo de homenaje es adecuado. Incluso las partes más sucias del cuerpo deben ser adoradas con la lengua…