Azotar a los esclavos con látigos

Nuestros esclavos están ya atados con sus manos arriba, listos para recibir todos los azotes que consideramos adecuados, no podrán moverse sino que solo pueden gritar por el dolor que recibirán, utilizaremos látigos, palos, clavos y todo lo que nos ocurre para dejar su piel más roja posible.

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