Mi fan amó el primero tanto que pidió (y pagó) que hiciera otro! ¡Soy una gran amante de aplastar a perdedores insignificantes, así que lo acordé! Hago que el pícaro se arrodille y suplique repetidamente que me deje calarle en los huevos con mis Louboutins, sobre y sobre…Claro que sí. Además, le hago besar mis pies, oler mi anus, chuparle la cara, golpearle y escupirle en el rostro, y colocar mi goma chewada en su nariz y hacer que la mantenga allí–y le digo que soy su diosa y puedo hacer lo que quiera con él.