Angela, mi favorita puta. He estado deseando convertirla en una orina familiar. Y finalmente mi sueño se hizo realidad. Hoy, Angela nos sirve y a mi esposo, viviendo como inodoros. Para Angela fue una sorpresa completa. Yo me senté sobre sus pies, y mi esposo comenzó a defecar. Temor, asustada, mugiendo, pero no pudo sacudirse, lo aplasté con mi peso. Generalmente me gusta convertir a esclavos en cunnilingüistas y orinarles para mí y a mi esposo. Me encanta cuando un esclavo se dedica diligentemente a sugerir sus labios, suciona el pene. Me encanta cuando lama nuestras anus y nos defecamos en sus bocas calientes.