Giganteesa lastimó al hombrecito!

Esta es una historia de una Giganteesa y su pequeño esclavo, ella lo aplastaba con su masiva gluteo y pudendas, luego orinaba encima de él mientras se sentaba sobre su cara repetidamente le ordenaba limpiar su pudendas y de nuevo orinaba encima de él. La Giganteesa bebía mucho, por lo que tenía mucha “leche dorada” para darle a su esclavo. Luego caminaba sobre comida en el suelo, la esparcía sobre el rostro de su esclavo y se sentaba encima de él, apretando su cara hacia su pudendas y aplastándolo ininterrumpidamente. Entre orinar y aplastar, súbitamente se sentía que debía deshacerse de sus alimentos digeridos, entonces, de nuevo, se sentaba encima de su cara y le dejó un gran flatulencia seguida de sus escas, luego volvió a sentarse encima de él aplastándolo!

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