Este aprendiz esclavo se encuentra en plena formación y en este momento aprende a sufrir lo que le toca. Su maestra, la hermosa Señora, lo prueba ahora a medida que le pone a prueba sus límites, sentándose sobre su cara y haciéndolo comer su vagina realmente bien. La coloca bajo el baño portátil, se sienta encima, y deshace sus heces y orina directamente sobre su cara, ordenándole que las coma. Aún no satisfecha con lo que le había dado, se inclina sobre su cara y le espolvorea con su boca, dándole su postre.