Iya había tomado su tiempo antes de visitar el baño y estaba a punto de sobtarse los pantalones al verlo. Su anus había luchado por detener la carga enorme de suciarlos por completo, pero fracasó, y manchas podían encontrarse en sus pantalones en abundancia. La dura heces tenía un punta aguda debido a que se había esquemido duramente, y se doblaba suavemente al empujarla fuera. El hermoso, suave cilindro oloría a medicamentos, y cayó lentamente en el baño y descansó a un lado, rodando ligeramente. La siguiente sección era más húmeda y salió más rápido, pero era tan ancha y olorosa como la primera. Iya olfateó el feces y levantó el hocico, pero no pudo evitar inhalar las humedades de sus entrañas aún mientras sus entrañas se rellenaban del olor a heces. Continuó empujando fuera el exceso de poo líquido de su orificio y sintió el calor, la consistencia cálida cubrir su anus.