Experimente no solo una, sino dos ocasiones de esta dominatrix amable alimentando a su esclavo marido con cantidades enormes de su vómito! En la primera escena, el hombre indefenso está en el suelo mientras ella solo se abre el camino hasta su garganta y libera una fuerte corriente de vómito despues de otro en su cara, lo que resulta en una gran mancha y deja sin otra opción que ingirra todo lo que llega a su boca! En la segunda situación, está mucho más miserable, con una boquilla dentro de su boca, está condenado a consumir cada último gotito de vómito que la dulcecita es capaz de liberar!