Pervert milker

Primeramente, el esclavo atado sufrió repetidamente las azotadas del látigo y tuve mucha diversión castigándolo lo más duro que pude! Siempre es tan divertido humillar a un servilmente estúpido! Pero luego quise aumentar aún más su ********** – y premiarlo de la misma forma! Así que fuimos al cuarto de tratamientos. Allí, el subyugado gusano tuvo que dejarse caer en el sillón de masajes deportivos para que pudiera darle una masaje muy agradable… Al final tuvo que ingerir su propio semen! Así es como me gusta!

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