Mientras estamos atrapando a nuestro esclavo en su cinturón de castidad, permitemos que nuestra mujer esclava lame sus bolas. ¿Cómo es? ¿Le gusta? ¿Le gustaría poner su pene en la boca de nuestra mujer esclava ahora? Mala suerte! No hay tal cosa. En vez de eso, hacemos que los dildos se introduzcan profundamente en la boca y garganta de nuestra mujer esclava. Hasta allí, lo mismo que su pene puede llegar!