El esclavo está de frente ante nosotros con bolas bulgurantes, aptas para estallar. Cada centímetro tremula de ansia sexual. Dama Vanessa aprovecha la situación y suciona el pene encerrado. La jaula de castidad se está volviendo más estrecha y más estrecha! El esclavo de latex no puede sostenerse y el pudor sale de su pene sin orgasmo. Todo lo que queda de su orgasmo ruinoso es ingerir su propio semen. Eso fue el precio, para tu diversión, esclavo!